Juan, un joven universitario que recién terminaba su primer semestre en la facultad de abogacía; después de una corta introspección concluye que su carrera implica demasiada lectura y poco tiempo libre ¡Por estos tiempos ser estudiante tampoco es fácil!; desde que entró a la facultad ha tenido que decirle ¡Adiós a su actividad favorita! su pasión era disfrutar del ciclismo de montaña incursionando por áreas campestres fuera de su ciudad en compañía de amigos que compartían su misma pasión.
Por pura casualidad, andando Juan en una expo empresarial a la que su padre lo llevó, descubrió que existía una empresa en su localidad que enseñaba técnicas de lectura rápida y compresión al 100%, ¡Vaya cosa!… ¡Espera!, ¿Leer rápido y comprender más me podría ayudar a tener más tiempo libre?, se preguntó Juan.
Decidido a aprovechar su verano, Juan emprende una investigación en google sobre lectura rápida, se compra el libro de Tony Buzan “El libro de la lectura rápida” y empieza a poner en práctica todas la técnicas que encontró, a la par preparo un pequeño resumen 20 páginas con las mejores técnicas como referencia rápida; a final del verano Juan pasó de una velocidad de lectura de 200 palabras por minuto a 800 ppm con 100% de comprensión, sabía que podía mejorar pero sería suficiente para una que otra salida al campo con sus amigos.
Su objetivo era tener mejores calificaciones y disfrutar de más tiempo libre para hacer su actividad favorita ¡la vida no tiene que ser tan dura! decía. Solo había un detalle, su bicicleta de montaña había llegado a su fin, Juan tenía idea de que esto pasaría pues la cadena y el cuadro ya habían sido reparados ¡Pero No Ahora! sus padres no podrían costearle una nueva; soñaba con una Cannondale Moto Carbon R29 de doble suspensión y frenos de disco. ¡Ya estas grande cómpratela tú! Le replico su padre.
A pocas semanas de haber iniciado el nuevo semestre escolar, Juan estaba satisfecho, las técnicas de lectura rápida estaban funcionando; las primeras calificaciones del semestre resultaron mejor de lo esperado y había más tiempo para disfrutar el fin de semana, lo que ya no había era una buena bicicleta de montaña :(
Juan, nuestro joven estudiante, pensó, – ¿Y si en la universidad imparto un curso express de lectura rápida a mis compañeros y demás alumnos de la escuela? ¿Por qué no? tengo mi resumen, lo puedo usar como material didáctico y en una hora podría enseñarles las técnicas que aprendí y conseguir el dinero que necesito para mi nueva bicicleta :)
Juan decidido a ganar dinero con su curso express de lectura rápida, prepara unos cartelones en color fosforito, de esos que hacen que te hacen llorar los ojos cuando los miras, en su contenido decían:
“Disfruta de tu tiempo libre haciendo lo que te gusta, estudia menos y saca mejores calificaciones: acelera tu lectura, pasa de 200 a 800 palabras x minuto, en una hora te enseño técnicas infalibles, viernes en el salón 4A a las 3:00 pm, entrada $450 pesos, aparta tu lugar ¡whatsappeame!”
Juan puso sus cartelones por todos los edificios cercanos a la facultad de abogacía, con decirte que hasta en el baño de mujeres había.
Algunos de los bromistas más pesaditos de la facultad le escribieron en sus carteles cosas como: “¡Si cómo no! ¡¡¡Eres un fraude!!!”, “YoOo TaMvIéEn PuEdoUo ApReNdEeer??”, “¿Si compro dos me haces descuento?”, “Regresa Calderón”, “Viva El Che!!! Revolución!!”, «¡Chupa El Perro!», las enamoradas le dejaron un corazón y una que otra carita feliz… y un admirador de closet le escribió “#TeAmoJuan”… Juan un poco desalentado, decide esperar activamente.
Para convencer un poco, Juan da una demostración de lectura rápida a sus compañeros de clases y otorga cinco pases gratis sólo a las chicas más lindas de la facultad para que asistan ¡Atractivo Visual En El Curso Express!
Se inscriben 32 compañeros de leyes y otras carreras; el día llegó, Juan abrió el curso demostrando cuál era su velocidad de lectura y comprensión, para después enseñar detalladamente las técnicas y entregar su resumen de técnicas en pdf vía mail. En realidad el curso duró una hora 15 minutos; Juan ganó $14,440 MXN en poco más de una hora, durante el semestre impartió 5 cursos más… se compró dos bicicletas y un Ford Ka de segunda mano para ir a la escuela de leyes. Se rumora que su admirador de closet asistió a todos los cursos.
Meses después Juan conoce a Alberto, un joven de la facultad de ingeniería que un día leyó un libro sobre Matemáticas Rápidas de Edward H. Julius… Alberto se pregunta si podrá hacer lo mismo que Juan en su escuela… Ambos se asocian, pero esa es otra historia.
¿Qué puedes aprender de esta pequeña historia?

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